lunes, 15 de diciembre de 2008

Los "huevos" de Gurpe ensombrecen un partido de los de antaño

No ha sido un lunes cualquiera. Las crónicas sobre el partido contra el Sporting, se han visto enterradas por el fuerte encontronazo entre Carlos Gurpegui y el "Pichu" Cuéllar, que obligó a ambos jugadores a ser sacados del campo en camilla.

El entrenador del Athletic Club, Joaquín Caparrós, lamentó no haber podido disfrutar de "un domingo feliz completo", pese a la clara victoria. "El equipo ha hecho un gran esfuerzo frente a un magnífico rival. Hemos tenido fortuna de marcar pronto y en el segundo tiempo pudimos aumentar la cuenta, pero la desgracia de Carlos nos hace que no estemos contentos al cien por cien", lamentó.

Fernando Llorente por su parte ha implorado el infortunio de su compañero y ha considerado que "el fútbol no se está portando bien" con el futbolista navarro.

Pero esas reacciones no se hubieran realizado si no hubiera sido por los "cojones" (con perdón) de Gurpe. Tenía que ser el. Hoy en día, pocos jugadores del Athletic van a un balón dividido de la forma que fue el mediocentro. El Navarro tiene raza, sentimiento rojiblanco y sobre todo ganas de jugar, ganas de demostrarle al míster que tiene sitio en esta plantilla. Y por todo eso Gurpe pasó la noche en el Hospital y no podrá disfrutar al máximo de su turrón favorito, ya que sufre una fractura de los huesos propios de la nariz.

La jugada fatídica del bravo jugador ennegreció un partido de los de antaño del Athletic. Tiempo invernal, San Mamés empujando al equipo, pero sobre todo y lo que se echaba de menos, un Athletic por encima del rival. Un claro 3-0 que nos acerca a la zona templada de la clasificación, aunque la realidad sigue siendo que estamos a sólo 3 puntos del penúltimo, que es el Recre.

¡Animo Gurpe!

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